Una investigación realizada por Consumer Reports, con alrededor de 200 muestras, aloja que el 69% de la carne de cerdo cruda está adulterada con microorganismos peligrosos, que pueden causar enfermedad gastrointestinal, fiebre, diarrea, espasmos y vómitos.
Muchos parásitos, infecciones y otras criaturas prosperan en los cerdos y la mayoría de éstas se pueden transmitir directamente a las personas.
Estas son las amenazas más comunes:
- Taenia solium, es un parásito intestinal que causa la contaminación del tejido y la pérdida de apetito. Infección Menangle causa fiebre, escalofríos, cefaleas y sudoración.
- Trichinella, es un nemátodo parásito que provoca el edema, mialgia, fiebre y malestar general.
- Hepatitis E, es una especie de irritación viral que estimula el cansancio, náuseas e ictericia.
En algunos casos, puede causar fibrosis y cirrosis. Según el estudio, cocinar la carne disminuye adecuadamente los peligros presentados por estos parásitos, pero no hay temperatura garantizada cuando se trata de cocinar carne de cerdo.
Si todavía quieres comer carne de cerdo, te sugerimos seguir las siguientes recomendaciones:
- Usar un termómetro de carne para asegurar alcanzar una buena temperatura, lo que eliminará los microorganismos dañinos.
- Cocinar toda carne de cerdo a no menos de 145° F (62 grados centígrados) y 160° F (73° Celcius), para carne molida de cerdo.
- No almacenar la carne de cerdo cruda junto con otros alimentos, sobretodo los alimentos que se comen crudos, como verduras, frutas y ensaladas.
- Lavarse siempre bien las manos después de tratar con la carne de cerdo cruda.